Ciudad Juárez, 'la capital de las matanzas'

Por Yessica Somoza

Cada día en Ciudad Juárez, México muchas mujeres salen a trabajar en fábricas para ganar el dinero que necesitan para mantener a sus familias. Todas las mañanas estas mujeres salen de sus casas muy temprano y toman buses camino a la ciudad, siempre preguntándose "¿podré llegar a casa sana y salva hoy?" En Ciudad Juárez el asesinato de mujeres es una dura realidad cotidiana. En estos crímenes llamados "femicidios" las mujeres son violadas, mutiladas, asesinadas y sus cuerpos abandonados en el desierto. Muchas de las víctimas de femicidios eran trabajadoras en fábricas textiles o empleadas domésticas.

La incógnita es por qué son escogidas estas mujeres. Tal vez es porque es fácil encontrarlas caminando solas pero también es porque en algunos sectores de la cultura mexicana todavía existe el machismo y las mujeres son tomadas como un objeto sexual. Los detectives encargados de estas muertes en Juárez dejan de buscar al culpable porque ni a ellos les interesa resolver estos casos. Las autoridades mexicanas han enfatizado que es muy común que las mujeres vivan dos vidas, y que esa es la razon por la cual son asesinadas, admitiendo el poco interés que hay en ellas.

Adicionalmente, suponen que la mayoría de estos crímenes se cometen en la noche, implicando que las mujeres estaban haciendo algo ilícito, porque todos saben que las mujeres buenas no salen de noche. Este prejuicio contra las mujeres le resta importancia a los femicidios, incluso hasta en altos cargos del gobierno. El mismo gobernador del estado de Chihuahua, José Reyes Baeza, cuando estaba en su cargo en el 2005, dijo que la atención dada a estas matanzas estaba empeorando la imagen de la ciudad. Los números de homicidios no bajan y cada año son una ocurrencia esperada. ¿Cómo es que estas atrocidades han sido cometidas impunemente por más de una década?

Las mujeres de Juárez reciben apoyo de ciertos grupos que se esfuerzan por protegerlas contra la violencia. Adicionalmente, algunos de los dueños de fábricas han tomado medidas para reducir el número de femici-dios y ofrecen servicios de bus para recoger a las mujeres de sus casas y traerlas de regreso. Desafortunadamente, esta medida preventiva no ha reducido las tasas del crímen.

En partes de la cultura latinoaméricana, a las mujeres se les inculca que deben ser buenas esposas y obedecer al hombre. Esta ideología no sólo hace que las mujeres sean oprimidas por los mismos hombres, sino que también las pone en peligro al fomentar una cultura que atenta contra sus vidas. Si las mujeres no luchan para cambiar esta tradición de dominación masculina, los femicidios no cesarán. Mientras el resto del mundo avanza hacia la igualdad de géneros, ciertas regiones de América Latina seguirán estancadas en el siglo XVIII.